A finales de 2018 muchos inversores vendieron a medida que las caídas en el mercado iban aumentando ¿quién les puede culpar? Al fin y al cabo, no hacían más que bombardearlos con noticias como “el peor diciembre desde la 2ª guerra mundial” o “el peor año desde la crisis financiera de 2008”.
Es posible que vendieran para evitar una caída todavía mayor pensando en comprar más adelante cuando el mercado dejara de caer.
Parece una estrategia razonable, pero aunque hubieran esperado unos pocos días nada más, se perdieron “el mejor enero en los mercados desde hace 30 años”.
Todavía no sabemos cómo acabará la actual crisis, pero es muy probable que los que hayan vendido presas del pánico durante los momentos más volátiles del mes marzo tengan una pérdida permanente en su patrimonio que será muy difícil de recuperar
Desgraciadamente los inversores tenemos una tendencia destructiva a comprar caro cuando nos sentimos con confianza y a vender barato cuando estamos asustados.
Por ejemplo, acertar cuándo es el mejor momento para empezar a invertir y cuándo es el mejor momento para vender es una fantasía que nos puede salir muy cara.
Cómo muestra de lo difícil que es hacer “market timing” ten en cuenta que perderse tan sólo el mejor día de cada año durante los últimos 50 años supone acabar con 5 veces menos dinero que mantener la inversión y no hacer absolutamente nada.
Déjate asesorar por un profesional: Ya expliqué en un vídeo anterior como según los estudios a largo plazo de Vanguard y Russell Investments, un buen asesoramiento te puede aportar hasta un +3% de rentabilidad. De todas las cosas que puede hacer un asesor por ti, ayudarte a evitar el “behaviour gap” mediante un buen coaching financiero es la más importante de todas. La evidencia empírica demuestra que sin un apoyo profesional adecuado la mayoría de los inversores particulares tendrán malos resultados aunque cuenten con buenas inversiones.