¡Ojo! No porque estas lecturas sean malas sino por las expectativas que, con demasiada frecuencia, sus lectores generan falsamente acerca de ellas. 

Para que quede claro qué tipo de expectativas hay que evitar acerca de esto, déjame que te cuente dos anécdotas reales que he recopilado de entre tantas otras a lo largo de los años.

La primera de ellas es la de un chico menor de 30 años que quería empezar a invertir de manera que una cartera de acciones o unos fondos de inversión le generasen ingresos recurrentes (o ingresos pasivos, de esos que te llegan cada cierto tiempo mientras estás sentado en el sofá) de unos 1500€/mes. Eso está muy bien y, por qué no, es conseguible: mira aquí qué necesitas hacer para lograrlo de modo realista.

Pero nuestro amigo no había pensado una cosa: que para que un paquete de acciones o unos fondos de inversión te generen ingresos pasivos netos de 1500€/mes has de construir un buen patrimonio que genere esos retornos mensuales (con dividendos incluidos).

Él pensaba que con una rentabilidad media del 10% anual lograría esto en poco tiempo… Él había leído que “la bolsa” da esa rentabilidad media… Quizá ahí no iba desencaminado: el S&P 500 lleva dando un 10% anual ‘clavado’ desde 1965-2019. Bueno, pero nuestro amigo apenas podía ahorrar e invertir ni siquiera 100€/mes. Veamos: una persona que, comenzando a invertir con 20 años de edad, invierta 95€/mes y obtuviese ese 10% de rentabilidad anual, ¡sí lograría acumular 1.000.000€! Pero al cabo de 45 años. Es decir, la cosa requiere tiempo para lograr lo que quería nuestro amigo, dada su capacidad de inversión.

La conclusión es que es conseguible acumular un buen patrimonio a lo largo de toda una vida de inversión si eres una persona humilde y trabajadora… y paciente. Pero en este caso nuestro joven amigo, tras leer concretamente a Kiyosaki, se había autogenerado expectativas demasiado optimistas e irreales acerca de lo que lo que sus 90€ de inversión mensual podían alcanzar, ya que con su inversión de 1080€/año él esperaba obtener ingresos pasivos de 1500€/mes en menos de 7 años… Imposible.

La segunda anécdota es muy similar a la primera: esta persona, tras leer libros como los que hemos mencionado, se había propuesto acumular un patrimonio de  entre 500.000€ y 1.000.000€. Como esta persona quería ahorrar unos 60-80€/mes le sucedería lo que acabamos de ver en el cálculo anterior… porque él quería lograr dicho patrimonio, como máximo en 10 años. Así que le dije que ahorrando 80€/mes (que era lo máximo que podía invertir) su objetivo era loable y, por qué no, alcanzable a lo largo de cuatro décadas o más de inversión. Los cálculos no engañan.

Conclusión: seamos realistas con nuestras expectativas de rentabilidad y esperanzas financieras. 

• El mercado no nos va a hacer ningún favor: la rentabilidad media anualizada del S&P 500 que hemos mencionado anteriormente está guay, pero para obtenerla hay que pagar el precio psicológico que exige vivir la volatilidad de los mercados: para obtener ese 10% que dicho índice ha dado desde 1965 hasta 2019 hay que comerse años del -40%, así, sin inmutarse.

• No todo es rentabilidad: la cantidad aportada influye, y mucho, tal y como hemos visto, así como el tiempo que dejemos estar nuestra inversión. Para la inmensa mayoría de las personas, cuanto más largo plazo, mejor. Y el resto del año, a seguir trabajando en lo tuyo.

• Las expectativas son, a menudo, fruto de la psicología humana y ésta (la psicología) es la clave para ser un buen inversor. Generalmente somos muy proclives a : a) sobrevalorar nuestra capacidad de aguante (damos por hecho que el fracaso no viene de nuestra parte, porque damos falsamente por hecho que nosotros lo vamos a hacer bien así porque sí); b) despreciar el esfuerzo y querer “lo fácil”. Volviendo al motivo de este post y de este vídeo, cada vez que alguien me dice que está motivadísimo porque ha leído a Kiyosaki (y etcétera), me echo a temblar. El caso es que Kiyosaki y los otros autores nunca dicen que se consiga sin esfuerzo, pero como somos humanos -demasiado humanos- caemos en la trampa de que los simple es fácil y, decididamente, no lo es.

• Creemos que podemos arreglar Ferraris sin saber nada de mecánica (bueno, apretar un tornillo, quizá). Si pienso en el 99,9% de las personas que me rodean, empezando por mi mujer, todo el mundo necesita un asesor que le acompañe en el camino para diseñar su estrategia de inversión, seguirla constantemente y no cometer errores a lo largo de los años que dura el proceso de inversión. Sin embargo, somos mucho de “yo me lo hago, para qué voy a pagar al mecánico si, total, son cuatro tuercas”. Pero, nuevamente, valorar el enorme valor añadido que aporta un asesor es vital (hasta un 3% de rentabilidad anual extra según el conocido estudio Vanguard Advisor’s Alpha™).