Multitud de cosas han pasado desde entonces: grandes depresiones, guerras mundiales, crisis económicas, guerras comerciales, burbujas financieras, crisis sanitarias, etc.

Lo primero que podemos apreciar viendo los resultados históricos es que los periodos negativos ocurren cada 4 años de media. Por lo tanto, debes estar mentalizado para las caídas, son muy habituales en las bolsas. Es el precio que debes pagar para poder obtener rentabilidad a tu dinero. Por lo tanto, asúmelo, las caídas se producen con cierta frecuencia y van a seguir haciéndolo en las próximas décadas.

La buena noticia es que los años positivos son muchos más que los negativos y la rentabilidad media, dividendos incluidos, en periodos largos de tiempo (+10 años) es superior al 9% anual. Ten en cuenta que esto es más que suficiente para hacerlo muy bien a lo largo de una vida de inversión.

Si tu bisabuelo hubiera invertido por ti 1.000 euros en 1928 y no hubiera vendido nunca tu ahora tendrías más de 2.000.000€.

Es verdad que los años negativos tendrán un impacto sobre tu patrimonio, pero el grado en el que te van a afectar vendrá determinado en gran medida por tus decisiones en los momentos difíciles y sobre todo por si decides seguir invertido o no. Un inversor de largo plazo que sea capaz de mantener el rumbo tendrá buenos resultados a lo largo del tiempo, mientras que otro que entra y sale del mercado intentando acertar el mejor momento lo normal es que pierda mucho dinero.